Bucarest & Rumanía
RUMANÍA – Información General
Vecinos: Rumania está situada en el Sudeste de Europa. Tiene como vecinos a Ucrania y la República de Moldavia (al Este y al Norte), a Hungría (al Oeste y al Noroeste), a Serbia y Montenegro (al Sudoeste) y a Bulgaria (al Sur).
Bandera: con el azul junto al asta.
Forma de estado: República parlamentaria bicameral.
Superficie: 238391 kilómetros cuadrados.
Población: 21.733.556 habitantes, de los cuales un 89% son rumanos. Las principales minorías étnicas son los magiares y szekelys (7,1%) y los gitanos (1,7%).
Religión: mayoría cristiana ortodoxa (86,8% de la población). Otros cultos: católico (5%), greco católico (1%), protestante (3,5%).
Capital: el municipio de Bucarest (2.064.000 habitantes), ciudad atestiguada por primera vez en 1459.
Hora oficial: GMT + 3 horas durante el verano (a partir del último domingo del mes de Marzo hasta el último domingo del mes de Octubre) y GMT + 2 horas durante el resto del año.
Clima: Templado continental. El promedio de la temperatura del verano es de 22-24 grados, pudiendo alcanzar incluso valores de 38 grados. Durante el invierno, el promedio de la temperatura está a 3 grados bajo cero.
Gastronomía: mititei, sarmale, sopas de verduras y carne, palinca, vinos.
Unidad de medida: el metro (se utiliza el sistema métrico); 1 Km. = 0,62 millas.
Moneda nacional: LEU (RON) / LEI (plural); 1 leu = 100 bani.
Billetes de circulación corriente: 1, 5, 10, 50, 100, 200, 500.
Monedas de circulación corriente: 1, 5, 10 y 50 bani.
Cambio de divisas: en los bancos y las cajas de cambio de divisas abiertas en hoteles, aeropuertos y estaciones de ferrocarril, en supermercados y en las principales calles de las ciudades.
Tarjetas de crédito: en los grandes hoteles y restaurantes, así como en los supermercados y grandes tiendas se aceptan tarjetas de Crédito como: American Express, Master Card y VISA. El pago con la tarjeta de crédito sigue ampliándose cada día más.
Teléfono de emergencia: 112 (servicio de emergencia en todo el país).
Documentación requerida para españoles: DNI o Pasaporte en vigor.
RUMANÍA, un País Desconocido y Sorprendente
Todas las fuentes destacan el enorme potencial económico, turístico y cultural de Rumania, un país que tras décadas de postración comunista empieza a mostrarse al mundo con una rampante modernización llena de posibilidades.
Considerada una isla latina en un mar eslavo por su herencia cultural y religiosa del Imperio Romano y todavía alejada de los masificados circuitos turísticos, Rumania posee unos enclaves naturales únicos en el mundo, como los Cárpatos y el Delta del Danubio, ambos con una fauna y flora excepcionales.
Como resultado de la singularidad secular de su historia, Rumania guarda una magnífica gastronomía, un rico folclore y un admirable patrimonio monumental y artístico, destacando los monasterios ortodoxos y las bien conservadas ciudadelas y castillos medievales. Así, además del gótico alemán, el barroco austriaco o el renacimiento italiano, en Rumania hay también creaciones originales como el estilo brancovan o brancovenesc del siglo XVII o el neorumano del siglo XIX.
En la provincia de Transilvania se han conservado decenas de ciudadelas, iglesias sajonas fortificadas y castillos. Entre ellos destacamos el castillo de Bran, más conocido como el de Drácula, la ciudadela fortificada de Biertan, el castillo de la familia principesca de los Corvinos o el castillo de Lazarea. Los siglos de influencia del gran Imperio de Austria trajeron a las grandes ciudades transilvanas el barroco vienés y palacios suntuosos, de altas ventanas y ornamentos dorados. Moldavia, conocida por el arte eclesiástico y los monasterios pintados, adoptó el estilo gótico, siendo en este sentido el Palacio de Ruginoasa y el palacio de la Cultura de Iasi dos ejemplos interesantes. Valaquia, provincia del Sur de Rumania, fue la tierra de la arquitectura brancovana.
Además, la hospitalidad y la tolerancia son virtudes profundamente incardinadas en el alma del pueblo rumano. En definitiva, un viaje por Rumania deja un recuerdo duradero lleno de veneración, y un deseo de volver a visitar todas las maravillas que atesora este país desconocido y sorprendente.
1. Transilvania, el Corazón de Rumania y Cuna del Pueblo Rumano
El emperador Trajano deseó la riqueza de Transilvania, especialmente el oro, ya que en esta tierra se encuentra el yacimiento de oro más grande de Europa. Esta región es también la casa de las aguas dado que en sus montes nacen los ríos más importantes de Rumania: Olt, Mures, Jiul, Somesul, Bistrita y Tarnave.
Los Cárpatos rodean las tierras de Transilvania formando una ciudadela natural que a lo largo del tiempo ha sido un buen lugar de defensa ante los invasores. La legendaria Sarmisegetuza Regia y Apulum, ex capital dacia y ciudad rumana actualmente, es considerada el «Stonehenge» rumano, cuenta con vestigios espectaculares, entre ellos un misterioso reloj solar y un calendario.
También por Transilvania hizo sus fechorías el famoso vampiro Drácula. Y por lo tanto encontramos castillos llenos de misterios, como los de Bran y Hunedoara. Junto a estos, podemos hablar de las iglesias sajonas fortificadas, alguna de ellas incluidas en el catálogo de UNESCO.
El universo de los pueblos, el encanto de las fiestas populares y de los mercados, te introducen en una atmósfera multicultural llena de alegría de vivir, que muestra al turista la diversidad de los trajes populares, las costumbres, las casas de los campesinos, la gastronomía y la música.
No podemos dejar de visitar una vez que estamos en Transilvania las siguientes ciudades:
Sibiu – Es una de las ciudades rumanas que mejor conserva su trazado medieval. Se ha de pasear y ver la Torre del Consejo, la Torre de los Carpinteros, la Torre de los Olleros, la Catedral Ortodoxa, la Catedral Evangélica, el Museo Brukental, la Plaza Mayor y la Plaza Menor.
Brasov – Es una ciudad que por el número de iglesias, torres, y edificios antiguos, te trasporta en el ambiente del Medievo. La ciudad atestiguada por primera vez en 1251 bajo el nombre de Brasau. En el S. XIII, los sajones le dan el nombre de Kronstadt, ciudad de la corona. En Brasov recomendamos ver la Iglesia Negra que representa el monumento gótico más importante de Rumania, la Torre Blanca, la Torre Negra, la Torre de los Tejedores y la Casa Hirscher transformada hoy en día en el Restaurante Ciervo Carpatin.
Brasov ha sido denominado el Salzburg de Rumania, debido a las bonitas vistas que se pueden admirar subiendo hacia Poiana Brasov, la estación de ski más grande de Rumania.
Sighisoara – La ciudadela de Sighisoara representa el conjunto arquitectónico medieval más bonito y mejor conservado de esta parte de Europa. Es imprescindible visitar la Torre del Reloj que representa la imagen emblemática de la ciudad y que alberga en su interior un Museo de Historia. También recomendamos la visita del Museo de Armas Medievales, de la Iglesia Evangélica de la colina y la Casa Vlad Dracul, lugar donde nació Drácula.
Alba Iulia – En esta ciudad en el año 1918 se realizó la primera unificación de las tres regiones de Rumania: Transilvania, Valaquia y Moldavia. Es una de las ciudades rumanas más antiguas. La ruta para visitar esta bonita ciudad, incluye el centro antiguo de la ciudad y el itinerario de las puertas de la ciudadela que fue construida en el siglo XVIII.
Cluj Napoca – Es un centro cultural, con una bonita y agitada vida universitaria. Es obligado para el turista que llega a Cluj empezar con la Plaza Central donde se pueden observar los descubrimientos arqueológicos recientes de la antigua fortaleza dacio-romana de Napoca. En este mismo lugar podemos admirar la Catedral San Miguel con su impresionante torre del reloj, construida en los siglos XIV-XV. Delante de la catedral se halla la estatua de Matías Corvinul que nació en esta ciudad y que fue rey de Hungría en el siglo XV.
2. Moldavia – la tierra de la comarca de Dulce Bucovina – la cuna de los famosos monasterios pintados
El historiador y político rumano Nicola Iorga escribía que en todo el territorio rumano no se encuentra otra región con tanta belleza y tanta riqueza como tiene la región histórica de Moldavia.
La comarca de Bucovina es una de las regiones turísticas más representativas de Moldavia. Los monasterios de esta zona, declarados patrimonio de la Humanidad, son uno de los legados del arte bizantino más importantes del mundo, equiparables a los de Capadocia, Mistra o Los Meteoros. Las mayorías fueron construidas en tiempo de Esteban el Grande y llevan la impronta de un estilo típico de la zona: el estilo moldavo. Este término define la armonía entre las tradiciones populares y ciertas influencias bizantinas y góticas que llegaron desde Serbia, Rusia y Polonia. El sello de distinción del estilo moldavo lo constituyen los frescos exteriores, pinturas que narran cuentos, leyendas, costumbres populares y acontecimientos históricos como la caída de Constantinopla.
Para todo aquel que está en la comarca es obligatoria la visita de los siguientes monasterios:
Humor Fue construido en el año 1530, por el canciller Toader Bubuiog en honor a la Virgen. La pintura ha sido realizada cinco años más tarde por el pintor Toma Zugravu y que conserva el esquema de la iconografía bizantina en el interior y representa el fresco exterior más complejo de la época. Destacamos la imagen de la Virgen con el niño Jesús en los brazos.
Moldovita Fue fundado por el príncipe Petru Rares en 1532 y pintado cinco años más tarde. La iglesia de la Anunciación cuenta en la nave con la mejor escena de la crucifixión de Cristo. Su fresco exterior presenta la caída de Constantinopla y representa la imagen más amplia y más detallada de todos los monasterios de la comarca de Bucovina.
Sucevita Fue construido en el año 1586, por la familia de los boyardos Movila. Las pinturas han sido realizadas por Ion y Sofronie. Es el monasterio con el mayor número de imágenes, siendo considerado como el testamento del arte antiguo moldavo. Las pinturas exteriores están muy bien conservadas y solamente aquí podemos contemplar la fachada norte con la Escalera de las Virtudes.
Voronet Es la obra pictórica más importante de la región. Fue fundada en 1488 por el ilustre jefe militar moldavo Esteban el Grande. Este monasterio representa la nueva cara del arte Bizantino. La profundidad de las escenas representadas en sus muros, la gracia del diseño y el valor de los colores, hacen que Voronet sea la joya de Bucovina, la Capilla Sixtina de Oriente. El azul de Voronet que predomina en las pinturas está registrado en los catálogos de UNESCO, junto con el rojo de Tiziano y el verde de Veronesse.
3. Maramures – tierra de las famosas iglesias de madera
Visitando Maramures, se puede afirmar que pocos lugares de Europa han logrado conservar de la misma manera, las costumbres y el folclore tradicional de la zona, como lo han hecho los habitantes de esta región. Las casas, las puertas talladas y las famosas iglesias de madera son características de los pueblos de esta región. Recomendamos la visita de las iglesias de madera de Surdesti, Rozavlea, Barsana y del Cementerio Alegre de Sapanta, que es único en nuestro país por su concepción y originalidad. Los poemas de las cruces talladas y pintadas por el escultor, poeta y pintor Ion Patras relatan una verdadera crónica de la vida del pueblo.
4. Valaquia, tierra de la arquitectura brancovana
Las iglesias y los palacios edificado por varios príncipes se caracterizan por el lujo de la escultura. Los arabescos bizantinos, los motivos florales y zoomorfos se han unido en la decoración de las entradas, las balaustradas, las columnas y las terrazas. El palacio de Mogosoaia conserva las ideas artísticas que había fomentado el príncipe Constantin Brancoveanu. Los siglos XIX – XX, han traído la realeza y las grandes fortunas, transformando a la capital rumana en un Pequeño Paris. Así, Bucarest se ha llenado de residencias lujosas como Situ o Cantacuzeno.
El rey Carlos I hizo construir el castillo más moderno de su tiempo en Sinaia, el Castillo Peles, mientras que la reina Maria impuso su gusto por los símbolos, los metales preciosos y el Art Nouveau en el Castillo de Pelisor y en el Palacio de Cotroceni.
El Castillo Peles recuerda los clásicos palacios renacentistas alemanes, que mezclan altas torres, balcones, galerías y columnas para formar una construcción con los más variados elementos arquitectónicos europeos. El palacio, que tiene 160 habitaciones, se abrió al público tras la caída de la monarquía y se mantuvo abierto hasta 1975 cuando Ceausescu decidió cerrarlo para tenerlo como residencia presidencial. Después de la caída del régimen comunista en 1989 se vuelve a abrir al público. En febrero del año 2007 el Gobierno Rumano decidió devolver el Castillo Peles y todas sus dependencias a Miguel I, ex Rey de Rumania. No obstante, la familia real decide dejarlo abierto al público como museo, aunque uno de los edificios, el Castillo Pelisor, ha pasado a ser su residencia de verano.
El comunismo y la obsesión de Ceausescu por lo grandioso crearon el símbolo moderno de la ciudad de Bucarest: la Casa del Pueblo, el edificio más grande del mundo después del Pentágono norteamericano.
5. Oltenia
Esta región se extiende desde la extremidad sur de los Cárpatos hasta el río Danubio. Su nombre proviene del río Olt, uno de los más importantes afluentes del Danubio.
Los objetivos turísticos más importantes de la región de Oltenia son:
El monasterio Horezu – Fue construido en el siglo XVII y fundado por Constatin Brancovreanu. Es el conjunto arquitectónico religioso más imponente de Rumania, que cuenta con un interior pintado en fresco y con un museo donde se puede apreciar una rica colección de iconos, objetos de plata y libros antiguos. Es conocido también por la famosa cerámica esmaltada que se fabrica en esta parte de Rumania y que tiene como denominación de origen el nombre de Horezu.
El monasterio construido en un sólo tronco de roble en el siglo XVIII, que cuenta con un maravilloso decorado exterior. En el interior podemos mencionar un espectacular icono de la Virgen Maria.
El monasterio de Govora – Fue construido en 1492 por el voivoda Radu el Grande. El monasterio está ubicado en la estación balnearia con el mismo nombre. Sus aguas minerales termales tienen propiedades terapéuticas.
6. Delta del Danubio – Patrimonio Mundial Cultural y Natural de la UNESCO
El Delta del Danubio constituye una reserva natural de gran interés turístico debido a la gran cantidad de peces, plantas y aves protegidas.
Una vegetación abundante y salvaje cubre estas extensas superficies de agua y tierra. Este maravillosos Delta, representa un laberinto de brazos, canales, pantanos, lagos, médanos y pasillos sin fin de juncos. Las inmensas superficies de juncos y cañas integran un decorado inolvidable. Las aguas están cubiertas por maravillosas alfombras de nenúfares blancos y amarillos. Hay bosques de sauces blancos, álamos negros y temblones, robles, fresnos vellosos, olmos, manzanos y perales silvestres.
En el aire vibra el vuelo de los pájaros que surgen de todas partes: porrón monudo, pato colorado, ánade real, cormorán, pigmeo, garza imperial, garceta grande, garcilla cangrejera, espátula, martinete, pelicano vulgar, moritos. Gran parte de estas especies son protegidas. En las aguas se ven ondeando esturiones, percas, lucios, carpas, siluros, alevines y por el juncal hormiguean un sinfín de animales: tortugas, serpientes, víboras, zorros, nutrias, jabalíes, corzos y perros enot.
7. El Litoral rumano
Constanta:
Situada a orillas del Mar Negro, es el primer puerto marítimo de Rumania e importante centro industrial. La ciudad ha crecido sobre el emplazamiento de la antigua Tomis, metrópoli del Ponto Euxino. Fue fundada por los griegos de Mileto en el siglo V.
Ovidio, el gran poeta fue desterrado y tuvo que irse a Tomis, de donde no regresaría jamás porque su obra Ars Amandi (el arte de amar) no fue del agrado del emperador Augusto.
Entre los objetivos turísticos de interés recomendamos: la Plaza de Ovidio con la estatua de este famoso poeta, el Museo de Historia nacional y Arqueología, el edificio de Los Mosaicos Romanos, y la Mezquita Mahmudia, construida por el sultán Mahoma II.
BUCAREST
BUCAREST – Información General
Cada ciudad tiene su leyenda. La leyenda de Bucarest nos dice que Bucur (en rumano «alegría») fue el primer pastor que descansó con sus ovejas en las orillas del río Dambovita, afluente del Danubio. Luego muchos como él eligieron este mismo sitio como lugar de descanso y así se formó el primer asentamiento. Encontramos la primera mención escrita de Bucarest en 1459 cuando Vlad Tepes, más conocido como Drácula, certifica la ciudad como su segunda residencia principesca. Desde 1862 se convirtió en capital de Rumania.
Los desafueros arquitectónicos cometidos por el régimen comunista como la Casa del Pueblo, actual sede del Parlamento, no han logrado empañar el encanto bohemio y cosmopolita de una ciudad que en siglo pasado mereció el sobrenombre de pequeño Paris. Este encanto se materializa en tranquilos cafés, elegantes edificios neoclásicos y recónditas iglesias, así como en extensos parques que sorprenden al paseante con su magnífica flora y que evocan una atmósfera muy refinada. Algunas de las principales avenidas de Bucarest, con edificios emblemáticos, conservan todavía el romanticismo y el perfume de aquella época: Calea Victoriei, la avenida de Magheru, Calea Dorobantilor, Soseaua Kiseleff.
El avance experimentado por la ciudad en los últimos años, especialmente tras su adhesión a la Unión Europea, es vertiginoso, y se trabaja para corregir algunos defectos heredados, como el antiguo mobiliario urbano, y otros productos de la rápida modernidad, como el tráfico caótico.
En Bucarest, el visitante podrá comprobar la cercanía de la cultura latina rumana con la española y como el alma del pueblo rumano está llena de bondad, hospitalidad y tolerancia, según las palabras del escritor Mircea Eliade.
VISITA TURÍSTICA DE LA CAPITAL RUMANA
Se recomienda empezar con la Catedral Ortodoxa, que fue fundada en 1656 por el príncipe Constantin Serban. En su interior se exhiben varias pinturas, frescos, un iconostasio y las reliquias de San Dimitrie el Nuevo Basarabov. Luego se puede seguir con las ruinas de la Corte Vieja del siglo XV que fue construida durante la época del príncipe Vlad Tepes – El Empalador (Drácula).
Es imprescindible visitar el Palacio del Parlamento que es un edificio grandioso, el segundo en tamaño del mundo después del Pentágono de EE.UU. Se continua la visita de la ciudad pasando por la Academia Militar, La Opera Rumana, El parque Cismigiu y el Museo Nacional de Arte que ocupa la mayor parte del antiguo Palacio Real, edificio neoclásico construido en el 1837 en la época del príncipe Ioan Cuza. Este museo está dedicado a las obras de artistas rumanos de todos los tiempos: Constantin Brancusi, Nicolae Grigorescu, Theodor Aman, Stefan Luchian, Theodor Pallady o Nicolae Tonitza.
El Ateneo Rumano es sin duda una visita obligada. Fue construido en el 1888 y es actualmente la sede de la Filarmónica George Enescu. Aquí se han dado cita los músicos más famosos de todos los tiempos, de los cuales podemos mencionar: Paul Casals, Richard Strauss, Yehudi Menuhin.
Sugerimos almorzar en un restaurante típico para degustar las especialidades gastronómicas rumanas como mititei (salchichas de carne) y sarmale (rollitos de col rellenos de carne).
Luego se puede visitar el Tesoro rumano y la replica de la Columna Trajana que se encuentran en el Museo Nacional de Historia y que está instalado en un edificio monumental de estilo neoclásico construido en 1894.
También hay que visitar la Iglesia Stavropoleos, la más antigua de Bucarest (1724) y verdadera joya de la arquitectura ortodoxa. Se puede seguir por la Plaza de la Universidad, la Plaza Romana, el Arco de Triunfo, la Plaza de la Prensa libre y acabar el día con un paseo por el Museo de la Aldea. Se trata de un museo etnográfico al aire libre donde se representan las construcciones campesinas típicas de cada región de Rumania. El conjunto se asemeja a un pequeño pueblo dentro de Bucarest. Se inauguró en 1936 en un espacio abierto que abarca 10 hectáreas y exhibe alrededor de 300 casas y 3 iglesias de madera. Para los que todavía tienen fuerzas, recomendamos pasear por el Parque Herastrau que está situado al lado del museo.
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